La depresión puede causar grandes sufrimientos y trastorna la vida
cotidiana. Afecta a un 7% de la población de ancianos en general y representa
un 1,6% de la discapacidad total (AVAD) en los de 60 años de edad y mayores. En los establecimientos de atención
primaria de salud la depresión no se diagnostica ni se trata como debiera. Es
frecuente que los síntomas de este trastorno en los adultos mayores se pasen
por alto y no se traten porque coinciden con otros problemas de esa etapa de la
vida.
Cabe
mencionar que los adultos mayores con depresión tienen un desempeño más
deficiente por comparación con los que padecen enfermedades crónicas como las
enfermedades pulmonares, la hipertensión arterial o la diabetes sacarina. Este
trastorno también aumenta la percepción de tener mala salud, la utilización de
los servicios médicos y los costos de la asistencia sanitaria.
Fuente: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs381/es/
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