Se debe tener en cuenta
que las estrategias de prevención, persiguen diferentes objetivos: Erradicar la
enfermedad, posponer su comienzo y comunicarse con las personas en riesgo o con
la población en su conjunto a través de diversas maneras, entre otras.
Los escasos ensayos
clínicos controlados realizados hasta el momento, para demostrar los efectos de
la modificación de los factores de riesgo y estilos de vida en la prevención de
las demencias, no son suficientes, han reclutado fundamentalmente adultos mayores
y por periodos breves de seguimiento. Dado el intervalo prolongado (15-20 años)
entre el comienzo de los cambios neurodegenerativos en el cerebro y el comienzo
clínico de la demencia, este pudiera ser el ejemplo de "muy poco y muy
tarde". Sin embargo, existe una fuerte evidencia basada en estudios
poblacionales que apoyan los beneficios potenciales de una disminución del
riesgo con una mejor salud cardiovascular ya sea la detección y tratamiento de
diabetes e hipertensión arterial, reducción de los niveles de obesidad e
hiperlipidemias o el abandono del fumar, mayor educación y niveles de
actividad física.
Un objetivo más real es
posponer el comienzo clínico de la demencia a edades cada vez más avanzadas. Un
año de retardo en el comienzo clínico de la demencia resultaría en una
reducción de 12 millones de casos menos en todo el mundo para el 2050 y una
reducción considerable de los costos.
Es muy probable que el
riesgo de demencia asociado con el hábito de fumar y la hipertensión arterial
disminuyan en los próximos años, pero al mismo tiempo estamos asistiendo a un
incremento epidémico de la proporción de personas con obesidad y diabetes
mellitus tipo 2, que pueden conducir a un aumento en la incidencia de demencia,
particularmente en los países de América Latina y el Caribe, inmersos en un
sistema de salud atrasado, en estos, paralelamente con el incremento en la
esperanza de vida, las dietas ricas en grasas, el hábito de fumar y los estilos
de vida sedentarios se hacen más comunes, por tanto, las enfermedades
cardiovasculares, se convierten en el problema más sobresaliente de la salud
pública en comparación con otros paises como China, Europa o India, en los
cuales hay un sistema mas adelantado de salud.
Una reducción conjunta del
10-25 % en siete factores de riesgo en la población (diabetes mellitus,
hipertensión arterial y obesidad en la edad media de la vida, depresión, fumar,
inactividad física y mental) se pudieran prevenir
potencialmente 1,1-3,0 millones de casos EA en el mundo.
Se esta en espera de que
nuevos fármacos para la EA proporcionen un beneficio clínico amplio y medible a
través de los múltiples dominios: Cognición, funcionamiento global y conducta,
o incluso se alcance la cura de la enfermedad, la estrategia más lógica, económica
y sostenible es la prevención.
Llibre, J; Gutiérrez, F
(2014).Demencias y enfermedad de Alzheimer en América Latina y el Caribe. Revista Cubana Salud
Pública. Recuperado el 15 de Septiembre http://bvs.sld.cu/revistas/spu/vol40_3_14/spu08314.htm
Creo que nadie se toma la molestia de ver este tema que has escogido.
ResponderEliminarGran trabajo e interesante de leer, sigue así.
Exacto, es por ello que las personas dejan de lado su salud y solo se dedican a trabajar para luego preocuparse por su salud.
ResponderEliminar¡Muchas gracias por tu comentario!
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